miércoles, 28 de julio de 2010

Consulta Portátil en Buenos Aires (1) Don Giovanni y la Misoginia

El Colón es...el Colón.
El Colón y Don Giovanni

Después de años de remodelaciones reabrieron el Teatro Colón. Y mi reencuentro con él no podía ser más impactante, vería la “Opera de operas”: Don Giovanni.
Al salir, sentados en un café, con un tinto Malbec grueso e inmejorable, y con Mozart como eco en los oídos, reflexiono sobre el donjuanismo y forzosamente sobre la «misoginia»

En el Colón se es más que expectador…
La Misoginia

El concepto de «misoginia» ha ido cambiando con el tiempo a medida que se ha profundizado en la comprensión de la naturaleza humana, y así, de su antiguo significado de antipatía hacia las mujeres, ahora se lo entiende como una serie de mecanismos complejos de ambivalencia (amor y odio simultáneo) hacia el sexo femenino, hasta el punto de llegar a considerar al donjuanismo como una de las expresiones más elevadas de la misoginia.
El hombre puede causar indiferencia. La mujer no.
¿La razón?
Reverencia obligada...
Tanto hombres como mujeres provienen de una hembra de la especie.
El amor hacia la madre es un amor “de hecho” y cada sentimiento lleva implícito su polo opuesto (consciente o inconscientemente).
Se desea lo que se necesita. Pero la necesidad revela una carencia del necesitado. El odio nace de una necesidad insatisfecha, se odia lo necesitado porque necesitarlo nos hace dependientes de él.
Un misógino guarda dentro de sí un deseo inconsciente de venganza hacia las mujeres. No lo sabe. Se siente atraído por ellas y no sabe porqué. Las desea con vehemencia. Cree que ése es su móvil. Luego las denigra, las humilla y maltrata en un vago intento de demostrarse y demostrar que no las necesitaba.
La técnica del misógino consiste en seducir hasta enamorar a la víctima, y cuando la tiene enredada en la fragilidad del embelesamiento amoroso, empieza a ponerle pruebas difíciles, humillantes, denigrantes. La mujer que ha caído en sus redes, sigue el juego porque el misógino se esmera en hacerle ver que lo que pide son pruebas (válidas) de amor. El misógino hiere sutilmente hasta verla llorar, humillada. En ese momento se tranquiliza y disminuye el ataque. Ha logrado su objetivo. La ha rebajado, la ha hecho sufrir, denigrado. Y el misógino siente que su deseo de venganza tiene un momentáneo alivio.
Pero pronto regresará a la carga.
El deseo vengativo del misógino nunca se sacia.
Ultrajar, buscar nuevas víctimas y seguir ultrajando, se le ha vuelto un placer inevitable, impostergable. Se hace adicto y como todo vicioso: insaciable. De esa necesidad de buscar siempre nuevas víctimas cae en el donjuanismo (siempre que sus dotes personales se lo permitan).
La mujer con más atributos femeninos es la víctima preferida del misógino. La belleza femenina lo perturba: ¿Quién se ha creído? ¿Se cree tan mujer que puede seducirme con sus encantos hasta hacerme desearla? La cacería del misógino empieza... y como ha pulido tanto sus estrategias, casi siempre logra su deseo: conquistar enalteciendo el ego de la víctima es su primera estrategia, la coloca sobre un pedestal para luego serrucharle el piso y disfrutar viéndola caer. De más alto caiga, más duro será el golpe y más grata la malvada satisfacción. Pero cabría preguntarnos cuál es el atributo más seductor del misógino, pues el donjuanismo mismo. Las mujeres se sienten atraídas por Don Juan justamente porque tiene muchas amantes, lo cual lo revaloriza exponencialmente ante sus ojos: la fama de haber tenido muchas mujeres genera la primera valoración rápida: ¡Algo especial debe tener! Pero la segunda valoración que la mujer hace del Don Juan es: Si él se interesa en mí, luego, yo valgo más que todas sus otras amantes.
Y esto es así porque la misoginia no es exclusividad de los hombres
La denigración entre mujeres es más que frecuente. ¿La razón? Ellas también provienen de una madre. Desde que el mundo es mundo nadie ha sido parido por el padre. Por lo tanto, si el deseo de venganza proviene de sus primeras relaciones afectivas, del rechazo por la dependencia de lo que necesitan, de una traumática relación con sus orígenes, las mujeres tienen tanta posibilidad de sentir ambivalencia hacia el sexo femenino como los hombres, lo que se evidencia en múltiples actitudes, desde la constante competitividad entre ellas, hasta los sentimientos misóginos que he podido observar en pacientes lesbianas promiscuas.
El odio hacia las mujeres es mucho más generalizado de lo que creemos. Pero, igual que con la mayoría de los aspectos de la personalidad, sólo vemos su fachada, normalmente enmascarada para ocultar la verdad (es condición de la verdad que en su forma natural aparezca disfrazada de lo contrario). Disfrazamos el mundo a conveniencia. Por ello la idolatría hacia la mujer, en la mayoría de los casos, es una transformación en lo contrario de ocultos sentimientos hostiles. Como si en el fondo no se perdonara a la madre por haberla necesitado y por haber dependido de ella.
El misógino se cree un San Juan Bautista tratando de lavar con su venganza sobre las mujeres el imborrable pecado original de haber sido hijo .

4 comentarios:

  1. Sera por ello, que entre nosotras se dice, tratalo a las patadas, para que te valore mas, no es que nos valora mas, sino que su ego, esta herido, y busca desesperadamente la manera de controlarnos para herirnos, que mal

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  2. Como usted dice, no hay nada de malo en el sexo por placer, pero cuando se usa el engaño de enamorar con mentiras a quien necesita afecto para llegar a la cama es una vileza inescrupulosa. La misoginia y el machismo debieran ser temas de estudio en la escuela, una sociedad sana es una sociedad libre de engaños.

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  3. Estoy de acuerdo que el machismo y la misoginia debieran ser tema de estudio en la secundaria, que es el periodo de formación de la actitud ética de la gente, y quisiera remarcar que la primera clase sobre el tema debiera dirigirse a la responsabilidad que tienen las mujeres en el asunto, porque el machismo es creado por las madres, y su continuidad en la sociedad es favorecido por las mujeres que no denuncian y favorecen así al machismo; y la Misoginia tambíen tiene causas parecidas. En fin, son las misma víctimas (las mujeres), las que crean a sus verdugos y por ello son llamadas a conocer sobre el tema y a militar en la desaparición de este flagelo social.

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  4. Mujer fue Maria madre de cristo; las demas seran consideradas simplemente como hembras o incubadoras de la especie... hay que dar a la hembra de la especie, la posicion que le compete, ni mas ni menos.

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