Mario Fattorello: EL APRENDIZAJE

EL CIUDADANO DEL MUNDO

Son tan frecuentes como desafortunadas las veces que alguien me comenta que en tiempos de sus bisabuelos no era necesario ir al psicólogo. Digo que el comentario es «desafortunado» aunque lo sugerido sea cierto porque en tiempos de los bisabuelos no existía la necesidad que mueve a los pacientes de la actualidad a ir al psicólogo: la necesidad de ser feliz. Hace poco más de un siglo la felicidad era una esperanza delegada al más allá por el simple hecho de que en la perspectiva humana de vida no había tiempo para ser felices, el promedio de vida apenas alcanzaba para aprender a vivir y reproducirse. La triplicación de la perspectiva de vida en el siglo veinte permitió a las personas pensar en la inversión en felicidad. Y es cierto que fue más rápida la medicina en alargar el promedio de vida que el aprendizaje sobre cómo usar el sobretiempo conseguido, y éste es el vacío que intenta llenar la psicología moderna. La psicología moderna tiene la misma edad que el aumento de perspectiva de vida a setenta - ochenta años; aunque también pudiéramos decir que la psicología de masas o psicología moderna comienza cuando la felicidad alcanzó a ser una posibilidad común. Esta realidad (longevidad y búsqueda de felicidad) afecta a todos los ámbitos humanos, la educación, la política, la economía, la organización social general y por ende la filosofía de las ciudades. La ciudad ha dejado de ser una fortaleza para protegerse de los enemigos y se alía a la búsqueda de felicidad. Las ciudades de hoy deben favorecer la satisfacción de sus longevos habitantes y para ello se crean cada día nuevos modelos urbanísticos buscando el más adecuado, pero estos cambios globales dependen de la actitud de cada individuo que conforma la ciudadanía, y en ello también se gesta la necesidad de la auto-modelación para intentar ser el ciudadano ideal que no puede ser otro que un individuo comprometido en la búsqueda de alcanzar simultáneamente la felicidad propia y la de los demás. A este «modelo» le denominamos «ciudadano del mundo» y en este blog trataré de reseñar las pistas que encuentre y que crea puedan ayudar a encontrarlo.

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