lunes, 27 de diciembre de 2010

Consulta Portátil de Psicología en Argentina (2) Psicología del cómic

El legado cultural de los cómics

Liseth y Solano López el
dibujante del Eternauta

Para «el ciudadano del mundo», en su “respeto transcultural” por las manifestaciones artísticas, debe estar claro de que no hay "artes menores". Y el cómic no es solamente un arte primario en sí mismo, sino también un gran método pedagógico, y tal vez sea portador de un valor agregado en la historia de la humanidad, valor que sólo puede apreciarse si lo relacionamos con las primitivas pinturas rupestres; si bien es altamente posible y tal vez muy probable que el cómic haya sido iniciador del arte y de la pedagogía en el pleistoceno, nadie puede negar que ha sido puerta de entrada para millones de niños del mundo en su proceso de culturización.
Tendría yo alrededor de siete u ocho años cuando leí en la revista de cómics italiana “Il corriere dei piccoli” la biografía ilustrada de Alfred Nobel, mucha agua ha pasado bajo el puente desde entonces, y si bien no creo haber vuelto a leer otra biografía de Nobel aún recuerdo perfectamente lo que, a través de las caricaturas, supe de su vida. A los nueve años había leído todas las historias de Julio Verne en forma ilustrada, gracias a los cómics, le había dado la vuelta al mundo en 80 días, había llegado a la luna, había explorado 20.000 leguas del fondo marino y me había adentrado hasta el centro de la tierra.
La cultura norteamericana sería bien otra de no haber existido Marvel, DC Cómics, Looney Tunes, Merrie Melodies y Walt Disney. Lo mismo puede decirse de los italianos que por generaciones han crecido con “i fumetti”, y de la cultura española con sus “tebeos” o de los argentinos con las “historietas”.

Sofá and Company: una pequeña retribución a los favores recibidos por las historietas

«Sofá and Company»,
historietas sobre psicoanalistas
Una autobiografía es la enumeración de aquellas vivencias que nos han marcado. No puedo, y si pudiera no quisiera, desligar mis memorias de mis lecturas de historietas. Por ello fue inevitable la tentación de crear una tira cómica propia y esta urgencia logró plasmarse cuando conocí a Aldo Hoffinger, un compañero de escuela con el que compartíamos el mismo entusiasmo por las historietas, lo cual marcó que fuéramos amigos para toda la vida y coautores del cómic «Sofá & Company».
Cuando por una serie de casualidades decidimos hacer un libro de cómics, Aldo ya era un renombrado pintor que se dedica como hobby a la caricatura y en su infancia había sido altamente influenciado por la revista semanal de “fumetti” «Topolino» (versión italiana de las aventuras de Mickey Mouse y el Pato Donald); yo por mi parte ya era psicoterapeuta y por ello el resultado no podría haber sido otro que «Sofá and Company»: la historia de cinco psicoanalistas personificados por ratas antropomórficas que desarrollan sus peripecias en una clínica de salud mental llamada Sofá and Company.

Reunido con Aldo Hoffinger en los Alpes Piamonteses
planificando el próximo libro de Sofá and Company.

Hoy en día, más allá del valor en sí de la obra, la complacencia de haber creado «Sofá and Company» proviene del sentirnos fieles a las influencias recibidas de los cartones animados de nuestro pasado. Para Aldo, los “ratones psicoanalistas” de la historieta son sus mascotas, y para mí, son una terapia particular: una oportunidad para reírme de mí mismo.



El cómic en Buenos Aires

Cuando conocimos a Quino, Liseth me dijo:
 «Es exactamente como lo había imaginado, no podía ser de otra manera.»
En Buenos Aires el cómic tiene el sitial que se merece, es impensable que en esta ciudad la se le llegara a considerar un arte menor. Ciudad madre de dibujantes y guionistas que llenaron el mundo con la originalidad de las historietas argentinas. Quino con «Mafalda»; Alberto Breccia, López y Oesterheld con «El Eternauta»; Dante Quinterno con «Patoruzú»; Caloi con «Clemente»; Roberto Fontanarrosa con «Inodoro Pereyra»; «Diógenes y el linyera» de Tabaré, Guinzburg y Abrevaya (luego García Blanco), entre muchísimos otros.
Una anécdota: Como todos saben, la historia del «Eternauta» comienza con una inusual nevada en Buenos Aires (sólo había un registro de nevada en Buenos Aires y databa de 1918). En el año 2007 conocí en Buenos Aires a Solano López, autor del Eternauta, y unos días después ante el asombro mundial, nevó en Buenos Aires. ¡Todo un lujo de casualidad!

Solano López: un dibujante creador de mitos.
La influencia de las historietas
Seguramente hay una relación directa entre la producción de cómic por país y la influencia de los mismos en los demás países. No estoy en capacidad para hacer una estadística pero no puedo resistirme de mencionar la suspicacia que me genera el hecho indiscutible de que las culturas que mayormente sobrepasan las fronteras de sus países y alimentan las culturas mundiales, también sean las de más alta producción de caricaturas. Desde las tres grandes escuelas tradicionales a nivel global, todas con sus propias sistemas de producción y distribución: la Estadounidense, la franco-belga, y la japonesa. Hasta las de menor trascendencia global, aunque con fases de gloria, y siempre con algún autor relevante y rasgos específicos, como son las escuelas británicas, españolas, italianas, argentinas y chilenas.

Exposición itinerante de Milo Manara
 en Buenos Aires.

Ya a finales de los 60, Oscar Masotta afirmaba que a través del cómic se estaba produciendo un verdadero intercambio de culturas o universalización cultural, de tal manera que "los italianos y los alemanes leen historietas producidas en Francia y viceversa, los pueblos de habla hispánica leen tiras producidas en países anglosajones, en los Estados Unidos en su mayor parte, etc", contribuyendo así a borrar las particularidades nacionales. Sin embargo, este teórico no dejaba de mencionar, como un valor negativo, que: «esa universalización puede ser utilizada -y lo es sin duda- como medio de influencia por lo países que, por su estructura económica, se encuentran colocados en posición de centrales».
El ciudadano del mundo debe saber discernir lo que es un agregado cultural de una manipulación política. Lo cierto es que el cómic es arte y como tal es poderoso, el correcto o incorrecto uso que se le dé dependerá de la conciencia de cada quien. Por ello debe ser esencia del ciudadano del mundo, tener "conciencia global" y "responsabilidad evolutiva".

¡Claro que las historietas tienen influencia social!
Aquí estoy apoyando la candidatura de Mafalda para presidenta.

1 comentario:

  1. ``Tendría yo alrededor de siete u ocho años cuando leí en la revista de cómics italiana “Il corriere dei piccoli” la biografía ilustrada de Alfred Nobel, mucha agua ha pasado bajo el puente desde entonces, y si bien no creo haber vuelto a leer otra biografía de Nobel aún recuerdo perfectamente lo que, a través de las caricaturas, supe de su vida. A los nueve años ya había leído todas las historias de Julio Verne en forma ilustrada, a tan corta edad, gracias a los cómics, le había dado la vuelta al mundo en 80 días, había llegado a la luna, había explorado 20.000 leguas del fondo marino y me había adentrado hasta el centro de la tierra.`` yo lo hago con la internet&Discovery Channel y los libros porque casi no leo caricaturas...
    Psdt: LLegue hasta este blog porque soy la mejor amiga de su Figlio Sebastian(tengo 10 aÑos :) estudia conmigo y me ha hablado muy bn de usted.Salu2!!

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